



No tengo un cuerpo perfecto. No soy modelo. No soy actriz porno. No soy una diosa de la belleza. Pero soy esa chica normal, esa chica de al lado, esa vecina que no sabes por qué te vuelve loco, a la que te da vergüenza saludar, porque has oído sus gemidos a través de las paredes, y has deseado ser tú, una y otra vez, quién se la follara.