VOYEURISMO Era una tarde soleada, no había pasado mucho tiem..

VOYEURISMO
Era una tarde soleada, no había pasado mucho tiempo desde que subimos al auto cuando vi esa pradera a un lado de la carretera.

-¡Qué hermoso! ¿Bajamos?- le pregunté.

-¡Claro! - me respondió sin hacer más preguntas.

Estacionó el auto, me abrió la puerta y un calor repentino me inundó completamente, el sol era abrasador, pero la belleza del paisaje lo valía, tuve el fugaz impulso de quitarme la ropa, pero me resistí. Llevaba un vestido blanco y pegado, bastante ligero, no me gustaba como se notaba la ropa interior debajo del vestido, así que, a propósito, la olvidé. Me sentía tan cómoda y confiada, así que, la verdad, poco me importaba si se llegaba a notar mi atrevida decisión.

Nos acercamos lentamente al río.

-Me encantaría vivir en un lugar así- comenté.

-Y lo harás- afirmó él.

Solo el hecho de pensar en vivir en medio de la naturaleza me puso de muy buen humor. 

-¿Y si te tomo fotos?- le dije. 

- Mejor te las tomo yo a ti- replicó.

- ¡Ok!- contesté.

Divisé una gran piedra y sin pensarlo me subí a ella como pude. Al voltear y sonreír a la cámara no pude evitar notar el paquete que crecía en el pantalón de mi compañero. Fue entonces cuando recordé que no llevaba ropa interior y obviamente al subir a esa enorme piedra le había enseñado todo.

"Clic clic clic" Empezó a tomar fotos; él trataba de disimular, pero yo no podía hacerlo, cada vez estaba más caliente y no era precisamente por el sol. 

Las fotos iban, venían y los vehículos que pasaban cerca a nosotros disminuían su velocidad al divisar la situación; además, debo aceptarlo, el hecho de sentirme observada por desconocidos me gustaba. Pensar que podía  alegrarles el día no solo me animaba sino me exitaba. 

Por lo tanto, decidí llevar el juego al siguiente nivel, en cuanto vi que se acercaba el siguiente camión de carga, bajé mi vestido lo suficiente para que mis pechos quedaran totalmente expuestos. No pude ver el rostro del conductor, estaba demasiado lejos, pero pude ver cómo reducía gradualmente la velocidad al verme y eso fue lo suficientemente alentador y satisfactorio para seguir adelante; así que, para el siguiente coche que vi, no solo me bajé el escote, sino que también me subí la falda y lentamente me voltee, ya no veía hacia la carretera, ahora veía hacia mi compañero que me observaba en silenciosa contemplación. Las fotos continuaban y yo iba jugando con lo que quedaba del vestido que ahora solo cubría parte de mi espalda y mi vientre. En este punto era imposible disimular esa gran erección, podía notarse claramente y yo ya no podía aguantar más el calor que sentía entre las piernas. Bajé de la piedra rápidamente, me agaché a "recoger algo" dejando las rodillas estiradas e inclinándome hacían adelante, dejando que el vestido se me subiera completamente, permitiendo que me observara más de cerca.

-¿Te gusta lo que ves?- Le pregunté.

-Me encanta- me dijo tocándose por sobre el pantalón. 

-Entonces acércate- le dije con una mirada pícara.

Se acercó y me abalancé sobre sus labios. Fue un beso apasionado, profundo, un beso que daba un solo mensaje. ¡Tómame, aquí y ahora! 

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