THE NEWCUMMER I hate sharing a flat, but rent in this city ..

THE NEWCUMMER

I hate sharing a flat, but rent in this city is through the roof, and I have no other choice. Thank God my flatmate, @luciferdiaz, is not only an old friend but also super easy to get along with. We share pretty much everything, including men.

Our three-bedroom flat is big enough to host another person, but we keep a spare room free just for guests. Well, that was our initial thought. Sometimes we need an extra income, so we rent the room short-term. So far, we've been lucky, maybe because we "interview" our new flatmates thoroughly. I mean, we won't let anybody in unless they can satisfy our needs.

Enter @zibroberto, who wanted to spend a few months in the city. He was the perfect candidate for sharing our intimate space. A big, hairy man, masculine, self-confident, and with a huge bulge that promised we'd never get bored.

To get to know him better and break the ice, on the second day in the flat, I invited him to play a game with us: truth or dare. You guys know me, I've got a dirty mind, and even an innocent game gets naughty in my hands.

After a few questions and dares, I had Roberto ready to step up to another level. We shifted from casual truths to much more intense dares. I dared Roberto to kiss Lucifer. With a confident smirk, he complied, revealing that massive bulge straining against the fabric.

The sight had both Lucifer and me instantly hard. I could feel the sexual tension between us reaching a boiling point. Then I dared Lucifer to go down on Roberto, and without a moment's hesitation, he was on his knees, pulling down his underwear to reveal his rock-hard cock. It was even bigger than I'd imagined, thick and veiny, a perfect tool for a perfect night.

Roberto's deep moan as I took him into my mouth was all the encouragement I needed. Lucifer joined in, stripping and positioning himself behind me, ready to make this a night to remember. It was a wild, sweaty, and intensely erotic session. We took turns worshiping Roberto's cock, feeling it pulse and throb as he fucked our faces.

Then, it was my turn to feel that monstrous cock inside me. I bent over, presenting my eager hole to Roberto. He entered me slowly at first but it wasn't long before he was pounding me hard! As he fucked me hard, Lucifer positioned himself under me, taking my cock into his mouth. The sensation of being filled while getting sucked was overwhelming, and I could barely contain myself.

Roberto and Lucifer worked together seamlessly, their rhythm and movements in perfect sync. When Roberto pulled out of me, he moved to fuck Lucifer, giving me a moment to catch my breath. I watched as he thrust into Lucifer with the same intensity, hearing his moans of pleasure echo through the room.

I could tell Roberto loved every second of it, his grunts and groans of pleasure mixing with my own moans. It wasn't just sex; it was an experience, one that cemented Roberto's place in our flat and our lives.

Lucifer and I then switched positions, and I entered him from behind while Roberto pushed into me again. The feeling of being fucked while fucking was unlike anything I'd ever experienced. Our bodies moved together in a perfect, sweaty, erotic dance. Roberto's powerful thrusts drove me deeper into Lucifer, creating a chain of pleasure that had us all gasping and moaning.

Roberto's cock stretched me wide open while I plunged into Lucifer. The sensations were beyond anything I'd ever felt, a blend of intense pleasure and raw desire. As Roberto fucked me harder and harder, I could feel his cock swelling inside me, ready to explode. At the same time, Lucifer's tight hole squeezed around my cock, driving me to the edge. We were all so close, our movements growing more frantic as we chased that ultimate release.

Finally, Roberto came with a roar, flooding my ass with his hot cum. The sensation pushed me over the edge and shortly Lucifer and I came as well.

Roberto had proven himself more than worthy of our spare room, and we knew this was just the beginning to our home become a haven of pleasure.

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EL NUEVO LLEGADO

Odio compartir piso, pero el alquiler en esta ciudad está por las nubes y no tengo otra opción. Gracias a Dios mi compañero de piso, @luciferdiaz, además de ser un viejo amigo, es súper fácil de llevar. Compartimos prácticamente todo, incluyendo hombres.

Nuestro piso de tres habitaciones es lo suficientemente grande como para alojar a otra persona, pero mantenemos una habitación libre solo para invitados. Bueno, esa era nuestra idea inicial. A veces necesitamos un ingreso extra, así que alquilamos la habitación a corto plazo. Hasta ahora, hemos tenido suerte, tal vez porque "entrevistamos" a fondo a nuestros nuevos compañeros de piso. No dejamos entrar a nadie a menos que pueda satisfacer nuestras necesidades.

Entra @zibroberto, quien quería pasar unos meses en la ciudad. Era el candidato perfecto para compartir nuestro espacio íntimo. Un hombre grande, peludo, masculino, seguro de sí mismo y con un bulto enorme que prometía que nunca nos aburriríamos.

Para conocerlo mejor y romper el hielo, en su segundo día en el piso, lo invité a jugar un juego con nosotros: verdad o reto. Ya me conocéis, tengo una mente sucia y hasta un juego inocente se pone travieso en mis manos.

Después de unas pocas preguntas y retos, tenía a Roberto listo para dar un paso más. Pasamos de verdades casuales a retos mucho más intensos. Le reté a Roberto a besar a Lucifer. Con una sonrisa confiada, aceptó, revelando ese bulto enorme que tensaba la tela de sus calzoncillos.

La visión hizo que tanto Lucifer como yo nos pusiéramos duros al instante. Podía sentir la tensión sexual entre nosotros llegando a su punto de ebullición. Luego reté a Lucifer a chupársela a Roberto, y sin dudarlo un segundo, se puso de rodillas, bajándole los calzoncillos para revelar su polla dura como una roca. Era aún más grande de lo que había imaginado, gruesa y venosa, una herramienta perfecta para una noche perfecta.

El profundo gemido de Roberto cuando lo tomé en mi boca fue todo el estímulo que necesitaba. Lucifer se unió, desnudándose y posicionándose detrás de mí, listo para hacer de esta una noche inolvidable. Fue una sesión salvaje, sudorosa e intensamente erótica. Nos turnamos para adorar la polla de Roberto, sintiendo cómo palpitaba y latía mientras nos follaba la boca.

Luego, fue mi turno de sentir esa monstruosa polla dentro de mí. Me incliné, presentando mi agujero ansioso a Roberto. Entró en mí lentamente al principio, pero no pasó mucho tiempo antes de que me estuviera follando duro. Mientras me follaba con fuerza, Lucifer se posicionó debajo de mí, tomando mi polla en su boca. La sensación de ser llenado mientras me la chupaban era wow, apenas podía contenerme.

Roberto y Lucifer trabajaron mi culo y polla juntos, su ritmo y movimientos en perfecta sincronía. Luego le tocó a Lucifer ser follado, dándome un momento para recuperar el aliento. Me quedé un momento mirando come le daba a Lucifer con la misma intensidad, escuchando sus gemidos de placer resonar por la habitación.

Podía decir que Roberto disfrutaba cada segundo, sus gruñidos y gemidos de placer mezclándose con los míos. No era solo sexo; era una experiencia, una que cimentó el lugar de Roberto en nuestro piso y en nuestras vidas.

Lucifer y yo cambiamos de posición, y se la metí mientras Roberto volvía a entrar en mí. La sensación de ser follado mientras follaba era algo que poca veces he experimentado. Nuestros cuerpos se movían juntos en una perfecta, sudorosa y erótica danza. Los poderosos embistes de Roberto me empujaban más profundo en Lucifer, creando una cadena de placer que nos tenía a todos jadeando y gimiendo.

La polla de Roberto me abría de par en par mientras me hundía en Lucifer. Las sensaciones eran más allá de cualquier cosa que hubiera sentido, una mezcla de placer intenso y deseo. Mientras Roberto me follaba más y más fuerte, podía sentir su polla hincharse dentro de mí, lista para explotar. Al mismo tiempo, el agujero de Lucifer apretaba mi polla, llevándome cerca de correrme. Estábamos tan cerca, nuestros movimientos se volvían más frenéticos mientras perseguíamos esa liberación final.

Finalmente, Roberto se corrió con un rugido, inundando mi nalgas con su caliente corrida. Poco después le seguimos Lucifer y yo.

Roberto había demostrado ser más que digno de nuestra habitación libre, y sabíamos que esto era solo el comienzo para que nuestro hogar se convirtiera en un refugio de placer.